jueves, 9 de agosto de 2018

EL PLAGIO DEL PLAGIO

Este tema comenzó el 23 de diciembre de 2017 cuando Ary, una usuaria de Facebook de México, me contactó a través del servicio de mensajería de la página en la cual publico mis escritos. Ella me saludó diciendo esto textualmente: “Buenas noches estimada señora Aburto. Hay un joven que dice que escribió esto..." y me envió una captura de pantalla de un poema mío publicado en  poesi.as


Se trataba de mi poema más leído y compartido en internet: "Esto que ves, soy yo".

Ary me contó que el joven que había usado mi poesía como propia pertenecía a un grupo del cual ella es moderadora y le dijo que tenía derechos de autor sobre el texto.  Pero ella intuyó que no era cierto y por eso decidió contactarme, ya que había visto mi texto en otras partes. Entonces decidí buscar al joven y enfrentarlo. Lo hice en el mismo momento, me respondió al principio un poco enojado y combativo pero luego se dio cuenta de que debía admitir que el poema no era suyo y así terminamos la charla. Le informé que yo lo autorizaba a usarlo siempre y cuando, cada vez que lo compartiera o lo leyera en público, pusiera mi nombre o me nombrara. Y dí por terminado el tema sin pensar ni imaginar que volvería a suceder algo así y que sería peor.

Hasta que el día 11 de Julio de 2018, una usuaria de la misma red me escribe por privado diciéndome "hola, te escribo para informarte que creo que estás siendo plagiada". Y yo le hice varias preguntas básicas y le dije "es que ya me pasó una vez". Entonces Marina, ese es su nombre, me cuenta que había descubierto en el grupo de escritores del cual ella es moderadora, a una amiga poeta plagiadora, Vilma en este caso. Investigándola dio con el mismo poema del que hablé en el párrafo anterior y se dio cuenta de que ese poema era de otra persona, que ella lo había visto en otro sitio y así llegó a mi. Le expliqué lo mismo que a Ary, que ese poema es mío, que lo escribí en 1991 cuando yo vivía en la ciudad de Puerto Madryn, que anda dando vueltas en internet desde 2005 aproximadamente... que lo han compartido cientos de veces en diferentes páginas del mundo, que lo han traducido al inglés, al italiano, que lo han subido a youtube recitado, en fin, todo eso que ha sucedido con ese poema maravilloso que amo tanto.


Entonces decidí contactar a Vilma, la "escritora de Colombia", le envié mensajes por messenger de Facebook y me respondió diciendo, entre otras cosas, "este texto se lo adjudica Maite ... quién ya lo publicó como suyo en un libro de poemas que tiene registrado en Valencia (España). Entonces en este caso, no se quien está plagiando a quién... Así las cosas querida Teresa, sería mejor que lo aclarara con ella que ya lo ha hecho público y según ella, es la verdadera autora." Entonces Vilma me copia textualmente lo que Maite escribe a la administradora del grupo al que pertenecen, y dice lo siguiente: "Hola Graciela. Me ha sorprendido encontrar un texto mío en vuestro grupo que lo firma  una tal Vilma ... Dicho texto tiene registro de propiedad del año 2014 en Valencia. No me importa pero que se lo adjudique otro es feo."


Aquí aparece el "plagio del plagio" como titulé este artículo. Una plagiadora reclama por el plagio de algo que ella no escribió, pero que yo sí escribí.


Entonces, y por tercera vez en esta historia, decidí contactar a la escritora en cuestión, en este caso a Maite.


Reflexionando al respecto, no sola yo, sino también Marina y otras personas que han tomado conocimientos del tema, nos preguntamos ¿qué sentido tiene plagiar un poema? y más aún todavía ¿qué valor tiene la creación literaria de poetas inéditos como yo?... y más profundamente aún, ¿se le otorga la propiedad intelectual al mejor postor? Porque en este caso, Maite registró en 2014 en el Registro de la Propiedad intelectual de Valencia (España) "MI POEMA" a su nombre, trámite por el cual pagó. Ella ha dicho, cuando la han enfrentado otras personas a quienes a quienes ha decepcionado porque les unía una relación de afecto, confianza y proyectos en común, que ella tiene el "papel" que acredita que es suyo y que pagó por ello, pero no aclara "yo lo escribí, es mío". No pelea por eso, cosa que sí yo estoy haciendo.  O sea, ¿ahí termina todo? ¿pago y listo?.

¿Y dónde está el honor? ¿Y dónde la honestidad? ¿Y dónde la integridad? ¿Y dónde el respeto? ¿Y dónde los valores?

Para muchos, este tema no será de importancia ni de trascendencia, y es comprensible. Pero para quiénes escribimos lo es, porque a decir de Marina, con quien alcanzamos a esta altura de las charlas por Facebook y por Whatsapp (lo más valioso que me deja este problema es su amistad nacida de su confianza en mi sin conocerme) "me robaron un pedazo de mi alma". Eso significa para nosotros, los poetas, un texto desparramado en un papel: un pedazo del alma.


Volviendo al contacto con Maite, la "escritora" que se adjudicó el derecho de autora de mi poesía, obviamente la contacté, la busqué en facebook. Previamente Vilma, la anterior plagiadora de Colombia, que asumió que usó el poema pero que no lo quiso plagiar, pero no respetó mi derecho de autora en su publicación, me había enviado una captura de pantalla del muro de Maite donde muy orondamente, mostraba su logro: un libro "suyo" en cuya contratapa brilla mi poema como suyo. Un libro que se vende en Amazon.


Cuando contacté a Maite le dije, entre otras cosas, esto:


"...Ud. registró ese poema a su nombre en 2014 y lo publicó en su libro y se molesta con las personas que lo tomaron para publicarlo???? ¿Está segura Ud. que lo escribió? Cuénteme detalles del texto, en qué momento, a quién, dónde lo escribió... Dígame dónde fu publicado por primera vez... Porque si Ud. no puede contarme esos detalles, yo sí puedo hacerlo estimada señora, dado que yo lo escribí en el año 1991 en Puerto Madryn, Chubut, Argentina. Los primeros ojos que vieron la letra de ese poema fueron los de mi amiga Patricia Mariela Díaz. La primera publicación fue en un diario local donde yo participaba... Mire señora, yo no busco réditos económicos, estoy muy segura de lo que digo. Soy feliz sin plagiarle nada a nadie, escribo porque amo escribir y es un don que Dios me dio. Allá Ud. con su deshonestidad, si vive tranquila así, qué bueno por Ud. Pero, como Ud. misma dijo en su comentario en no se qué posteo "Dicho texto tiene registro de propiedad del año 2014 en Valencia. No me importa pero que se lo adjudique otro es feo..." ¡Claro que es feo, espantoso y triste por Ud., no por mi, porque en definitiva usted sabe bien que no es suyo. Que tenga un excelente día."


Si a mi me hubiesen escrito esto, y yo estuviera segura de que ese texto es mío, hubiera discutido hasta morir, no hubiera callado, no hubiera existido silencio en mi. Pero ella leyó mis mensajes, y no solamente no respondió, sino que además me bloqueó y borró de su muro de Facebook la publicación del libro donde figura mi poema, y además comenzó a bloquear a otras personas y se fue del grupo donde estaba participando, donde era muy apreciada y respetada.


Los dichos son solo dichos, pero como dice uno "el que calla, otorga", y aplica muy bien a este caso.


Así comenzó esta historia que tiene muchas aristas hoy, y que no quedará solo en este escrito... hay mucho más para contar oportunamente.


Que sea un buen día...!!!!  para mi lo es, porque gracias  todo esto retomé la escritura, la actualización de mis páginas y el contacto con quienes me siguen.